Los Barbero: un ícono de la nueva era gastronómica

Los Barbero: un ícono de la nueva era gastronómica

Por Joaquín Trinidad Palma
FOTOGRAFIA MANUEL HESLOP & SEBASTIAN AGUILAR

Si hay algo que une e identifica a Gustavo, Jimena y Victoria Barbero es la pasión por la gastronomía, el cuidado del detalle, la creación de experiencias únicas y ese gen emprendedor imparable que los ha llevado entre otros a fundar manzanar – el único restaurante montevideano que clasifica dentro del ranking “Latin America’s 50 Best Restaurants” en el puesto 69 destacándose como el segundo mejor del país, siendo únicamente superado por el Parador La Huella que ostenta el puesto 25 y que también fue fundado por Gustavo Barbero, en este caso, junto a sus amigos Guzmán Artagaveytia y Martín Pittaluga. Jimena y Victoria representan la nueva generación de una familia que es sinónimo de liderazgo, calidad e innovación, y juegan en equipo con su padre que trae a la mesa más de tres décadas de experiencia al frente de emprendimientos gastronómicos en Montevideo, José Ignacio y Miami. Juntos fundaron y lideran manzanar y Rio Café y Restaurant. En esta primera entrega de Montevideo Post conversamos con ellos sobre sus logros y desafíos compartidos, la dinámica de emprender en familia, caminar junto a referencias de la talla de Francis Mallmann y el legado que están construyendo.

Sin lugar a dudas se han convertido en un ícono de la nueva era gastronómica de Carrasco y Uruguay, ¿qué significa eso para ustedes a nivel personal y profesional?

Es gratificante escucharte nombrarnos ícono de la nueva gastronomía. Estamos muy agradecidos por el camino que venimos recorriendo, por nuestros clientes que nos acompañan, por el equipo que formamos y por haber logrado un lugar de

encuentro para familias y amigos. Disfrutamos mucho el día a día en manzanar, para nosotros es un estilo de vida. La gastronomía requiere de gran dedicación, compromiso y pasión. Son características que nos identifican como equipo emprendedor, como personas que nos complementamos mucho entre sí y que logramos combinar los 30 años de experiencia y aprendizajes de Gustavo en la industria, con la picardía y la energía joven de nosotras dos.

Han logrado crear un equipo sólido, de gente joven y preparada que los sigue en sus sueños y emprendimientos. ¿Qué rol juega el equipo y cómo se preparan para estar siempre a la vanguardia?

El equipo es un pilar fundamental, hace siete años formamos un núcleo central con el que seguimos trabajando actualmente. La fidelidad y el liderazgo que hemos cultivado en nuestra dinámica familiar son los cimientos sobre los cuales construimos todo lo que emprendemos. Nosotros tres somos integrantes activos de ese equipo. Lideramos a través de la acción, participando y compartiendo nuestros logros y proyectos con cada uno de ellos. En conjunto, creamos manzanar, brindándonos la oportunidad de aportar y crear entre todos y siempre con la mirada puesta en mantenernos atentos y relevantes en un mundo gastronómico en constante evolución.

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PARA NOSOTROS ES MUY VALIOSO MANTENER UNA CONEXIÓN CON COLEGAS GASTRONÓMICOS Y NUTRIRNOS DEL INTERCAMBIO DE CULTURAS , SABORES Y EXPERIENCIAS

¿Cómo resumirían la experiencia de emprender en familia?

Emprender como familia ha sido un gran regalo. Compartir cada día juntos, estar presentes en cada momento, conocer los avances y desafíos de nuestras vidas cotidianas nos ha permitido construir un vínculo profundo donde lo personal y profesional se entrelazan armoniosamente. Compartimos nuestras alegrías y nuestras frustraciones. Celebramos juntos los logros y enfrentamos unidos los retos.

Desde su experiencia, ¿qué acuerdos debería revisar una familia antes de emprender para que todo se mantenga en balance y armonía?

Más que acuerdos nosotros priorizamos el amor, la confianza y transparencia. Nuestra actitud es siempre de unión ya que trabajamos en pos de un objetivo común, eso es lo que guía nuestros pasos. No todos los días son iguales porque la vida siempre trae sorpresas, pero siempre nos complementamos para sacar lo mejor de nosotros.

Han emprendido en Carrasco, en el este y también en el exterior. ¿Que aprendieron en el proceso?

Cada proyecto enriquece nuestras experiencias. La apertura en Carrasco era especial porque es el barrio en el que nos criamos. Tanto manzanar desde sus

inicios, hasta la más reciente apertura de Rio Café y Restaurant, son proyectos se han convertido en el sello distintivo de nuestra familia. Nuestro padre dio sus primeros pasos en la gastronomía con su primer emprendimiento en el Faro José Ignacio, Guess Beachstore más de tres décadas atrás. Allí fue donde conoció a Francis Mallmann que era el chef y responsable gastronómico. A lo largo del tiempo llegó a gestionar tres restaurantes en simultáneo, y nosotras acompañamos siempre todo ese proceso, participamos y apoyamos en lo que estuviera a nuestro alcance. Fue en el Parador La Huella donde comenzamos a trabajar formalmente porque la edad nos lo permitía, y donde más conocimientos gastronómicos adquirimos. La trayectoria de nuestro padre nos ha formado mucho y cada paso de él y junto a él ha sido una experiencia y aprendizaje para nosotras para ir formando nuestra propia identidad.

Crecer como equipo los ha llevado a colaborar con referencias internacionales de la gastronomía como Francis Mallmann. ¿Cómo se han transformado al caminar a su lado?

La oportunidad de viajar y compartir experiencias con figuras tan destacadas como Francis Mallmann es única. Su amistad y generosidad nos ha dejado valiosos aprendizajes que perduran en nuestra trayectoria y es lo que queremos seguir transmitiendo a las futuras generaciones. Para nosotros es muy valioso mantener una conexión con colegas gastronómicos y nutrirnos del intercambio de culturas, sabores y experiencias. A través de estos encuentros no sólo fomentamos amistades sino que nos mantiene en constante evolución y fortalecimiento de nuestros conocimientos.

¿Cuál es el máximo reto que enfrentaron durante estos años de trabajo en familia y cómo lo superaron?

A diario nos enfrentamos con retos y desafíos que abordamos con actitud positiva, empatía y comprensión. El reto más importante fue la decisión de abrir manzanar en Carrasco. Dedicamos mucha energía y pasión en crear el concepto, armar equipo y lograr un lugar de encuentro para que todos se sintieran parte de esta familia.

La familia ha sido, en sus palabras, un sello distintivo de su trayectoria ¿Qué rol juega hoy y cómo la nutren?

Efectivamente es un pilar fundamental en nuestro camino que nos respalda y en el que compartimos tanto nuestras alegrías como nuestras frustraciones. No siempre es fácil, nuestra dinámica no es sencilla. El trabajo es exigente y demandante, tenemos muchos momentos de felicidad pero también días muy desafiantes. Lo que siempre rescatamos es que a pesar de las dificultades, nuestra unión familiar y colaboración nos ayuda a superar cualquier reto al que nos enfrentemos y avanzamos juntos en nuestro camino.

Cuando alguien en el futuro mire el camino que recorrieron, ¿cómo les gustaría que sea recordado su legado?

Nuestro camino se sigue construyendo día a día.  El legado invaluable que recibimos de nuestro padre es la cultura del trabajo honesto, con una dedicación sin límites, y una determinación de enfrentar cada desafío con valentía. Esto se construye siendo constante, dedicado, perseverante y resiliente. Creemos fuertemente que los sueños se cumplen siempre y cuando se trabaje para ello. Nada es fácil, todo lleva mucho esfuerzo; pero la satisfacción de lograrlo vale la pena. Nuestro desafío es seguir construyendo este legado para las futuras generaciones.

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