JEAN CHRISTOPHE TIJERAS

Jean Christophe Tijeras

Ceo de Grupo Disco Uruguay
El francés que se enamoró de Latinoamérica
y llegó a Uruguay para quedarse.

Por Joaquín Trinidad Palma

Profesionalmente curioso, detallista y determinado, no hace falta más que una única conversación con Jean Christophe Tijeras para argumentar con objetividad su mirada y enfoque en lograr que el Grupo Disco sea fuera de serie en servicio, productividad e innovación, y continuar apuntalando el ya marcado posicionamiento del grupo como la opción referente en su segmento. Compartir un café es de esas experiencias que da gusto por su sencillez y claridad. Alguien al que se le percibe el orgullo por su equipo en la cara, que habla de los fracasos sin mayor inconveniente y con gran entusiasmo de los sueños y proyectos que hay por delante. Accesible y divertido, Jean Christophe no duda un segundo en confesar que recibir el «te amo» de sus hijos y la sonrisa de su esposa cada noche, son su regalo más grande y valioso; la fortaleza por lo que todo lo demás cobra sentido.

Después de tres décadas trabajando para Groupe Casino, uno de los mayores grupos de distribución de alimentos del mundo con más de 12.300 tiendas y 125 años de historia, Jean Christo-phe aceptó en 2021 la invitación de los accionistas uruguayos de GDU para convertirse en su CEO y liderar la operación que incluye 93 locales, 6.500 empleos directos, 25.000 indirectos y 46.000 metros cuadrados en depósitos logísticos.

¿Cómo fue su incorporación a Groupe Casino?

En un principio iba a ingresar como jefe de Contabilidad, pero el proceso del grupo implica una inducción previa antes de que te entreguen el puesto para el que fuiste contratado. El objetivo es que sin importar la función que vayas a desempeñar puedas tener un conocimiento de qué hacen otros colaboradores, cuáles son las expectativas del cliente, cuál es el verdadero trabajo que debes entregar. Te toca pasar por recepción, por productos de gran consumo, pescadería, charcutería, frutas y verduras, ser cajero y carnicero, entre otros. Durante tres meses pasas períodos de 15 días por departamento conociendo a los profesionales y sus roles. Recién ahí te entregan tu nuevo cargo, cuando ya sabes de qué estás hablando. Y este proceso es para todos por igual, lo mismo hizo en su incorporación el hijo del CEO y director general del grupo.

De seguro fue un proceso de grandes enseñanzas.

Definitivamente aprendí muchísimo y al finalizarlo me consultaron si no me interesaba más el desafío de ser director de Supermercado, que acepté. Me tocaba embarcarme en cinco años de entrenamiento que combinaban ser jefe de todas las secciones del supermercado, apoyado en la enseñanza del Instituto Pierre Richard (IPG). Finalmente, lo concluí en cuatro años que me permitieron no solo ser director de un supermercado, sino hacerlo en varias ciudades.

Me imagino que implicó mucho dinamismo, ¿cómo lo vivió?

Me encantó porque nunca hice lo mismo. Por ejemplo, me tocó remodelar varios supermercados que es algo que disfruto enormemente. Atravesé varias etapas y un día me ofrecieron trabajar sobre la productividad que era mi fuerte, como manager de Espace Marché para toda la región de París.

Entonces su especialidad es mejorar los índices de productividad de la operación. ¿Sería así?

Así es. Cuando ya pasaste por el terreno durante muchos años, tú escuchas a los expertos, y ya sabes de qué están hablando. Los expertos pueden tener otro punto de vista al tuyo, pero tu rol es ayudarles para que no se equivoquen en el proceso de toma de decisiones

Y luego de París saltó a Latinoamérica.

Exacto, uno de mis exjefes a quien había conocido en el sur de Francia me preguntó si quería ir a Colombia y Venezuela, cosa que acepté con gran entusiasmo. Estuve muy poco tiempo en Colombia porque desde el inicio me querían para Venezuela. Así que me fui como director de Operaciones de ese mercado. Ahí es cuando realmente inicia mi carrera fuera de Francia. Fueron retos muy distintos. Te puedo decir que en Venezuela me equivoqué muchas veces siendo mi primera expatriación y aprendí muchísimo. Fundamentalmente, aprendí cómo escuchar.

¿Así nace el amor por Latinoamérica?

Me enamoré de Latinoamérica en mi primer viaje a la amazonia colombiana donde viví varios meses cuando tenía 20 años. Aunque te confieso que es un amor que inicia desde pequeño por los libros que leía en mi niñez y juventud. Siempre quise venir a trabajar a Latinoamérica y a la cabeza de una empresa internacional. Se dio la oportunidad y aquí estamos. Es que Latinoamérica es muy joven como continente, donde todo se puede, no hay frenos en la mentalidad. En Europa te piden que dejes de soñar, aquí todos los días pedimos que sueñes aún más en grande. Y no soy el único enamorado de eso. Hace poco estuve en un foro junto a otros consejeros de Comercio Exterior de Francia (CCEF) y un 90% compartimos el mismo sentir y compromiso de ayudar a que la región crezca y el 100% estamos seguros de que el futuro se va a construir en Latinoamérica.

En formato Twitter, ¿en qué destinos le ha tocado vivir y trabajar?

Te confieso que no fueron ciudades feas. En Francia trabajé en Niza, mi ciudad natal, y también viví y trabajé en Cannes, Mouans-Sartoux, Angoulême y Oyonnax. También viví en Co-lombia, Venezuela, Argentina, ya había estado seis años en Uruguay entre 2010 y 2016, y a fines de 2021 volví a Montevideo. ¿Qué aprendió en los mercados internos de Francia que le hacía falta al mercado latinoamericano? No hay algo que haya aprendido en Francia que le faltara a Latinoamérica. Es más, lo que aprendí en los diferentes países de Latinoamérica podría trasladarse a Francia,

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