El 20 de septiembre marca una fecha emblemática para el deporte uruguayo. Hace 24 años, en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, Milton Wynants se alzó con la última medalla olímpica de Uruguay, un logro inolvidable en la prueba de ciclismo por puntos en pista.

Wynants llegó a la competencia por invitación, enfrentándose a 23 ciclistas. Aunque contaba con 12 puntos, una cifra que no lo colocaba en el podio, el uruguayo protagonizó una hazaña memorable en el último sprint, que otorgaba puntuación doble. Terminando en segundo lugar, sumó seis puntos más, sorprendiendo a todos y asegurándose la medalla de plata, solo detrás del español Joan Llaneras y superando al ruso Alexei Markov.

«¡Qué lindo momento!» «Lo recuerdo cada año como si fuera el primer día, con la misma emoción y alegría», confesó, destacando el valor simbólico de la medalla, que guarda en su casa. «Fue una hazaña en mi carrera y, con el tiempo, uno se da cuenta del inmenso significado que tuvo».

Wynants también dejó un mensaje inspirador: «Nada es imposible. Todo se puede lograr con esfuerzo, dedicación y dejando atrás las excusas. Los logros llegan cuando uno lo da todo». Su medalla de plata es más que un trofeo; es un legado para el deporte uruguayo, recordándonos que la perseverancia puede llevar a la grandeza.